¡El derecho Humano al Agua y al Saneamiento es una conquista histórica social, colectiva y femenina!

Publicado en 12 Jul 2022

Escrito por Por el equipo IAS

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direito humano à água e ao esgotamento sanitário

Hace 12 años, en julio de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas y el Consejo de Derechos Humanos instituyeron el derecho Humano al Agua y al Saneamiento (DHAS), con el objetivo de garantizar el acceso al agua y al saneamiento a todas las personas sin discriminación. El conocimiento y la perseverancia de una mujer contribuyeron al reconocimiento del derecho al saneamiento, especialmente en el sentido de acceso a baños, letrinas y redes cloacales. 

La jurista portuguesa Catarina de Albuquerque fue la primera Relatora Especial de la ONU para el DHAS, con mandato entre 2008 y 2014. Durante la entrevista con la directora ejecutiva del Instituto Agua y Saneamiento (IAS), Marussia Whately, Catarina recordó sus experiencias al frente del cargo. Y contó detalles sobre la historia de la aprobación de la Resolución A/RES/64 /292 que tiene como objetivo garantizar el derecho humano al agua y al saneamiento a todas las personas del mundo.

Catarina de Albuquerque es la Chief Executive Officer (CEO), función equivalente a la dirección ejecutiva en Brasil, de Sanitation and Water for All (SWA) – en traducción literal, Saneamiento y Agua para Todos. Se trata de una asociación global multisectorial, organizada por las Naciones Unidas, junto a gobiernos y sus aliados de la sociedad civil, sector privado, agencias de la ONU, instituciones de investigación y aprendizaje, bancos de desarrollo y comunidad de donantes. 

Debido a su trayectoria en la defensa del derecho humano al saneamiento, Catarina recibió la Medalla de Oro de los Derechos Humanos por la Asamblea de la República portuguesa y, por esta institución, fue reconocida como especialista y defensora de los Derechos Humanos. La primera Relatora Especial de la ONU para el DHAS recibió, además, la Orden de Mérito, de la Presidencia de la República portuguesa, y el título honoris causa, de la Universidad de Carolina del Norte.

Una mujer al frente del reconocimiento del derecho humano al saneamiento

Dos años antes de la aprobación del Derecho Humano al Agua y al Saneamiento, la portuguesa Catarina de Albuquerque fue nombrada experta independiente para estudiar el tema y hacer recomendaciones al Consejo de Derechos Humanos de la ONU. "La idea era que yo estudiara el tema e hiciera recomendaciones al Consejo sobre la materia. Y estaba todo organizado para hacer las recomendaciones en 2011 (...). En 2009, hice el primer informe que presenté a la ONU, sobre obligaciones de los derechos humanos relativas a las redes cloacales, por ser un 'pariente pobre' del agua y del saneamiento", recordó Catarina, llamando la atención sobre la invisibilidad de las redes cloacales para la sociedad. En el primer informe presentado a la ONU, Catarina concluyó el texto afirmando: "¡El saneamiento necesita ser reconocido como un derecho humano!”. 

En julio de 2010, Bolivia lanzó un proyecto de resolución con el fin de reconocer el Derecho al Agua en la Asamblea General de la ONU. Cuando supo que el derecho al agua podía ser aprobado, Catarina tomó un vuelo a Nueva York con el objetivo de conversar con el Alto Comisionado de la ONU. "No puede ser solamente el agua, necesitamos incluir el saneamiento como derecho humano!”. Durante el encuentro, Catarina apuntó los problemas sociales agravados por la falta de acceso al saneamiento en todo el mundo y afirmó que aquella sería una oportunidad de asegurar el acceso al desagüe de aguas residuales para todas las personas, sin discriminación. Al final, entregó el informe al embajador y recibió la promesa: el saneamiento sería colocado en el texto de la resolución. 

Inicialmente, países de la Unión Europea se oponían al proyecto. Sin embargo, durante la Asamblea General, en julio de 2010, parte del informe de Catarina fue citado para justificar la inclusión del derecho humano al saneamiento en el texto de la resolución que versaba sobre el derecho humano al agua. Durante la votación, la resolución integrando el derecho humano al agua y al saneamiento no recibió ningún voto contrario en la sesión en Nueva York y, posteriormente, fue aprobada en septiembre, por consenso, en Ginebra, Suiza 

Catarina defendía, además, que el saneamiento debería ser reconocido como un derecho distinto al del agua, formalizado en una resolución propia. Sin embargo, había dificultades para incluir el derecho a una resolución que definiría solo el agua como un derecho humano, por lo que sería aún más difícil hacer del saneamiento un derecho humano distinto al del agua.

El mandato de Catarina duró seis años, de 2008 a 2014. Un año después, en 2015, el derecho humano al saneamiento pasó a ser reconocido como un derecho específico, siendo actualmente llamado: Derechos Humanos al Agua y al Saneamiento (DHAS). Así, en plural, el texto evidencia la importancia del saneamiento para la dignidad humana, dando mayor peso al término que por muchas veces fue dejado en segundo plano en detrimento del derecho al agua potable. En 2014, asumió el cargo el profesor brasileño Léo Heller. 

Derecho humano al saneamiento asegura privacidad y dignidad a todas las personas

Cuando realizó su informe, en 2009, Catarina se reunió con una serie de expertos, estudiosos y académicos en el área de saneamiento de varias organizaciones internacionales de la sociedad civil. Ello, para ayudar a preparar una definición de saneamiento, porque entendía que las definiciones existentes eran incompletas. La entonces futura Relatora Especial de la ONU para el DHAS propuso una definición para el saneamiento que fue aceptada, apoyada y respaldada por el Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales de las Naciones Unidas: 

El saneamiento es "un sistema para la recogida, transporte, tratamiento y reutilización de excrementos humanos, con el objetivo de garantizar a todas las personas servicios de redes cloacales que aseguren la privacidad y la dignidad. Además, los servicios deben ser físicamente accesibles también financieramente, seguros, higiénicos y aceptables desde el punto de vista cultural y social”. 

3600 millones de personas sin baño en casa: viejo nuevo modelo de solución puede ayudar a reducir el déficit

En pleno siglo XXI, sigue siendo un desafío asegurar el saneamiento a todas las personas. A nivel mundial, más del 80 % de los excrementos humanos no son tratados ni reciclados. La falta de esta estructura es perjudicial para la salud pública y el medioambiente. Además, los excrementos humanos pueden convertirse en una fuente de energía, como ser una fuente de fertilizantes para apoyar la agricultura y otros objetivos para el desarrollo sostenible. Los propios datos de la ONU, publicados en el Día Mundial del Retrete, muestran que la mitad de la población mundial no tiene acceso a redes cloacales.

Sobre un nuevo modelo de construcción de redes de saneamiento. "En realidad, no es tan nuevo, es viejo, pero está más cerca del lugar, de la comunidad", subrayó Marussia Whately refiriéndose a soluciones alternativas a las grandes redes centralizadas, como sistemas de comunidad de vecinos y soluciones individuales basadas en la naturaleza. Catarina coincidió con la directora del IAS resaltando el elemento abordado por ella en la definición para el saneamiento: el de la reutilización o del reciclaje.  

Registro del encuentro de Marussia Whately (directora ejecutiva del IAS) y Catarina de Albuquerque (CEO de la SWA) en marzo de 2022, en Brasilia. Entre los intereses comunes del IAS y del SWA está la mitigación de las desigualdades en el acceso a los servicios de agua limpia y segura de saneamiento básico y de calidad. Foto: Larissa Arashiro

Catarina relata que, para los Objetivos de Desarrollo del Milenio, lo que sucedía después con los desechos humanos era irrelevante. "Lo importante era tener un baño, pero sabemos que el 80 % de esos desechos dispuestos de forma directa en el medioambiente son un problema ambiental, de salud pública, y una pérdida importante, ya que los excrementos humanos pueden ser fuente de energía, de abono para apoyar la agricultura. Es decir, un bien que nos ayuda también en la realización de otros derechos humanos y de los otros objetivos de desarrollo sostenible". Los derechos humanos y su marco jurídico no imponen la solución, pero dicen "hay que llegar a una determinada meta. Las personas necesitan tener acceso a ese derecho. No importa si la forma de alcanzar el derecho es distinta de país a país, de cultura a cultura, de región a región", expresa la directora. 

Sin embargo, esa realidad no es próxima para todas las personas, como relata Catarina en su misión cuando visitó una comunidad cerca de Boston, Estados Unidos, en una zona bastante rica, con casas enormes. De acuerdo con lo divulgado por la ex relatora de la ONU, detrás de esas grandes mansiones en Boston viven los empleados en casas dispersas, los que a su vez, trabajan para personas ricas, la mayor parte de las veces, limpiando sus residencias. Otro tópico interesante del relato de Boston por parte de Albuquerque, es que había un movimiento para hacer alcantarillado sanitario centralizado, en oposición a la planta de tratamiento de las aguas residuales entonces en agenda.

El valor del costo de la obra sería imputado a las familias pobres, que deberían dejar de sus casas, porque no tenían dinero para contribuir al sistema. En una de sus recomendaciones después de esa visita, Catarina constató que, de modo general, no hay que hablar de sistema centralizado y enorme, como lo conocemos, estructuras grandes que se pretenden solución al problema del déficit en desagüe. Así, concluyó: "Hay soluciones locales, simplificadas e incluso ecológicas para esas comunidades que sufren con la falta de saneamiento básico". 

ODS 6: Reflexiones para avanzar y acelerar el saneamiento para estar más cerca de la Agenda 2030

La voluntad política, la existencia de mecanismos a nivel nacional con multiactores y la buena gobernanza son los tres elementos fundamentales para alcanzar el objetivo de realización del derecho humano al saneamiento y la realización del ODS 6, según la ex relatora de la ONU. En relación a la voluntad política, afirma que "necesitamos políticos con empeño, sensibilizados y con ganas de avanzar en el tema". Sobre la existencia de mecanismos a nivel nacional para verificar los procesos que se están logrando congregados por multiactores por la sociedad civil, prestadores de servicios, etc. defiende que " ¡no puede ser una experiencia para quedar bien en la foto!”. En tercer lugar, Catarina aborda la gobernanza "que priorice el agua y el saneamiento, pero también políticas públicas de combate a la corrupción y que asegure los mecanismos de rendición de cuentas y que permitan mayor financiamiento al sector". La relatora especial enfatizó que esos financiamientos deben seguir los principios de derechos humanos, garantizando el acceso a quien no tiene o que tiene poco acceso a los servicios de saneamiento.

Catarina de Albuquerque es una de las referencias del IAS y participó en una entrevista exclusiva junto a otros relatores especiales de la ONU para el Derecho Humano al Agua y al Saneamiento. Vea aquí la conversación de Catarina con Marussia Whately:

En el mes en que celebramos otro año del reconocimiento del DHAS, rescatamos una serie de entrevistas que realizamos con los ex relatores de la ONU, con motivo del Día Mundial del Retrete, el 19 de noviembre. La primera es la de Catarina de Albuquerque, relatora entre los años 2008 y 2014 y, a continuación, traemos el testimonio de los otros dos relatores del período hasta entonces – Léo Heller, profesor brasileño y relator entre los años 2014 y 2020 y Pedro Arrojo, investigador español y actual Relator Especial de la ONU para los DHAS.